domingo, 14 de enero de 2007

Ausencia

LA razón por la cual no agregué nada fue que no tenía Internet en el lugar en el que estaba (en su página dice que se pierde la noción del tiempor, y es cierto, encima no teníamos ni tv, ni radio, ni reloj, ni espejos, ni camas cómodas). Fué una de delirar colectivamente mal. Estabamos con psicólogos y terapeutas, si hubieran tomando nota se podrían haber escrito un libro de cuan mal puede hacerle a un/a adolescente juntarse con otros muy parecidos/as a el/ella. Tuvimos alrededor de 6 mascotas: un pajarito muerto (Porongo se llamaba, lo soltamos porque estaba triste y se murió porque nos extrañaba¿?), una paloma degollada que manchó el pasto, un pingüino muerto, un largarto (para variar también muerto), y el más añorado, Nestor, el pingüino. Que lo "llamamos" hablando de que queríamos uno cuando vimos las cortinas del baño adornadas con imagenes de estos inteligentes animales. La lástima es que también estaba muerto. Le dimos sepultura en un pozo que hicimos para enterrar a un compañero que estaba medio denso. Creamos canciones (muy pedorras), cocinamos (una varieté de una "última cena"), y, obviamente nos paseamos por todos lados con el cartelito de aluminio golpeandolo y haciendo una especie de murga. La gente nos veía raro cuando íbamso por las calles a los alaridos. Todas las frases pronunciadas a viva voz en la calle terminaban en un agudo "chajaá".

No hay comentarios: